Sesshin Primavera 2011 - El cienpiƩs y la cotorra

Sesshin 
Mar de las Pampas

 

 

  El ciempiés y la cotorra

 

  Un ciempiés venía caminando alegremente, cantando por lo bajo una canción, cuando de pronto, justo delante de sus narices, aterrizó una cotorra.

 

 

  
      -         ¡Hola, soy la cotorra! – dijo la cotorra.

-         Y yo el ciempiés.

-         ¡Oh, sí, lo sé! Te he visto por aquí otras veces. Y la verdad es que te admiro.

-         Y......... ¿Por qué? – preguntó el ciempiés.

-         ¡Cómo por qué! Tienes un andar precioso, con todas esas patas. Yo apenas tengo dos y muchas veces no sé cuál mover primero.

-         ¡Oh! – dijo el ciempiés, y revoleó los ojos hacia el cielo.

 

 


Quedaron un momento en silencio.

-         ¡Bueno, tengo que irme! – dijo la cotorra. ¡Nos vemos! Y desapareció en un revuelo de plumas verdes.

 

 

  Pasó la mañana, el sol llegó a lo alto, vino la tarde y con las últimas luces del crepúsculo, regresó la cotorra.

-         ¿Qué haces aquí todavía?

El ciempiés estaba ahí, en el mismo sitio. No se había movido un solo centímetro y de sus ojos rodaban un par de lágrimas gordas.

 

 

 

        - Verás – dijo el ciempiés – cuando hablaste de todo ese asunto de las patas y el movimiento, me puse a pensar y ahora ya no puedo decidir cómo avanzar.

 

 

  La mente es buena, necesaria,

 

  pero no permitan que los paralice,

 

 

 que les quite la vida.

 

  Porque, antes que nada, la vida es acción.

 Septiembre de 2011